Descripción
“ El rosado de Valdemonjas”.
Refiere la bodega que tras tres años pudieron alumbrar este Rocío de Valdemonjas, el frescor fugaz de unos recursos aparentemente contra natura: la uva carasol de los cantiles norte del Duero.
Gotas del Rocío del Gallinero, ese terruño escondido en la Val de las Monjas, ese rosado aspira a eso, aromas y frescor de juventud, con singularidad y carácter. Esencias etéreas que preservar, la sofisticación máxima viene de lo sencillamente puro.
Un vino de color, rosado puro extraido de la pulpa blanca del tempranillo, apenas mancillada por las pieles, prensado directo ligero, inertizado para preservar desde un inicio, con los aromas ligeros de una fermentación lenta, lentísima. Clarificaciones a la luz de las lunas de invierno, cuando el rigor de Castilla no necesita tecnología
Las uvas procedentes de un año de pluviometría escasa pero bien repartida, dejaron una uva muy compensada y homogénea.
Un rose de color rosa flamenco brillante, intenso con ligeros reflejos violáceos. Una extracción de color casi perfecta que le hace seductor sólo con mirarlo. En nariz, fruta roja y negra. Grosellos y arándanos no maduros del todo. En boca es duradero, con acidez media, equilibrada y con ligera tanicidad.
El vino perfecto para maridar con paellas de pescado, pescados grasos como el salmón y todo tipos de mariscos. Ideal para acompañar una gambita roja.